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Negubide es centro educativo promovido por familias para el aprovechamiento del tiempo libre de sus hijos. Entendemos el tiempo libre como una ocasión excepcional para aprender, para mejorar, para formarse. Por ello las actividades no se limitan a «ocupar» el tiempo libre, sino que tienen una fuerte carga formativa.

Negubide ofrece a nuestros hijos actividades culturales, deportivas, de esparcimiento y de formación cristiana (adecuadas a su edad y estudios) que les ayuden a forjar su personalidad, con especial atención a los hábitos de trabajo y de servicio a los demás.

A continuación exponemos el proyecto educativo de Negubide:

 

Sabemos que cada persona es única e irrepetible, y que cada una tiene su propia personalidad. Queremos que los chicos sean mejores, pero sin que dejen de ser ellos mismos. Por eso, queremos formarlos en libertad y para la libertad. Nos interesa que los chicos quieran formarse, que sean autónomos, que tengan iniciativa, que busquen el conocimiento propio, y que se dejen ayudar porque quieren ser ayudados. En definitiva, queremos contar con su esfuerzo personal. Sólo así serán responsables: libremente responsables.

La formación que les proporciona Negubide es optimista, positiva, estimulante: les ayuda a descubrir nuevos horizontes de crecimiento personal, les anima a tener ideales grandes, a no ser conformistas, fomenta en ellos aficiones concretas y afanes culturales, profesionales y espirituales. También fomenta la voluntad de servir a todos y de mejorar la sociedad en que viven.

Los hijos son los grandes beneficiados de la actividad educativa de Negubide. Para que esto sea así tienen que ser los padres quienes desarrollen esta tarea educativa.

En esta medida, se ofrecen actividades formativas y de tiempo libre para los hijos pero siempre como apoyo y complemento de la educación que, de hecho, ya reciben estos chicos en casa.

Puede asociarse al club cualquier familia con hijos de edades comprendidas entre nueve y dieciocho años que quiera venir a participar de esta formación.

Los objetivos educativos son aquellos que los padres quieren para sus hijos, por este motivo, el plan personal de cada uno se establece mediante la entrevista con los padres y el sucesivo contacto permanente. La referencia de los padres es determinante para el éxito educativo del club; sin ellos, no hay posibilidad de establecer un plan educativo eficaz. Teniendo en cuenta esta premisa nuestro principal objetivo es facilitar la formación de los chicos en tres ámbitos:

  1. Formación humana:
  • Educación del carácter: desarrollo de conocimientos, habilidades y actitudes que les permitan tomar decisiones responsables y con fundamento.
  • Crecimiento en las virtudes humanas.
  • Enseñar a servir: hacerles capaces de conocer a los demás, de ser generosos y solidarios.
  • Enseñarles a tener amigos.
  1. Formación profesional:
  • Fortalecer la voluntad. Aprender a elegir lo mejor con el consecuente esfuerzo.
  • Aprender a ser autónomos y responsables.
  • Entender el trabajo como servicio a los demás.
  • Asumir con libertad su responsabilidad como estudiantes y futuros profesionales.
  • Potenciar las destrezas de cada uno.
  1. Formación espiritual:
  • Ayudar a encontrar el sentido trascendente de la vida y fomentar la reflexión sobre sus propias vidas y la condición humana a través, por ejemplo, de la literatura, la música, el arte, la ciencia, la educación religiosa y la relación con lo sagrado.
  • Conocer a Dios como Padre y a la Virgen como Madre.
  • Aprender a rezar.

Por naturaleza, la responsabilidad de la educación de los chicos corresponde a sus padres, a quienes el club ayuda en su tarea indelegable de primeros educadores. La influencia educativa del club tendrá la hondura y la continuidad del ambiente familiar en la medida en que se convierta en una prolongación de ese ambiente.

Por tanto, la implicación de la familia y el trabajo al unísono con preceptores y profesores es fundamental. A continuación se exponen algunos ejemplos de esa implicación:

  • Participando en las actividades familiares.
  • Cuidando del estudio (facilitando la asistencia regular).
  • Unificando criterios con el preceptor en conversaciones periódicas. Todo lo que hacemos, lo queremos hacer en la misma dirección que la familia.
  • Participando en los planes de los sábados. Para seguir conociendo mejor a sus hijos en su tiempo libre y en sus relaciones con sus amigos.
  • Involucrándose en la organización y gobierno del Club (asumiendo alguna responsabilidad en la Junta Directiva).
  • Dando a conocer el Club a nuevas familias.

Podríamos destacar estos medios para facilitar esa formación:

  1. El estudio diario, las actividades de solidaridad y el resto de actividades: deportivas y culturales.
  2. Conversaciones periódicas y sesiones en grupo: Buscamos que cada chico sea protagonista de su vida. Les enfrentamos a las decisiones que tienen que tomar y les hacemos reflexionar sobre su conducta. Cada chico tiene asignado un preceptor o tutor. Este preceptor es el encargado de la atención personal e individualizada en consonancia con los padres. En las sesiones en grupo se tratan diversos temas como carácter, virtudes humanas, trabajo y relación con Dios. Buscamos que sean el inicio de una reflexión personal. Hacerles pensar y trascender el quehacer diario.
  3. Las convivencias de fin de semana y de vacaciones: Suponen una ocasión privilegiada de formación para los chicos. La convivencia con chicos procedentes de otras ciudades y con sus amigos durante un tiempo prolongado y en un ambiente no lectivo es muy enriquecedora. Aprenden a servir y a ser generosos con los demás. En estos periodos se organizan actividades deportivas, lúdicas, solidarias y culturales. Las principales actividades de verano y su objetivo educativo son:
    1. RUPIT: Desarrollo del mundo interior. (ver dossier)
    2. CUVE JUNIORS: Afectividad y amistad. (ver dossier)
    3. BIG PICTURE: Forja de la personalidad. (ver dossier)

A medida que se hacen mayores y maduran les ofrecemos la posibilidad de que ellos hagan de monitores, ayudando al desarrollo de las actividades con los chicos de cursos inferiores.

También se fomenta su iniciativa para que propongan y organicen las actividades. Los socios que lo desean se incorporan a las distintas comisiones (deporte, solidaridad, académica, de fiestas y celebraciones, etc.) a través de las cuales se impulsan las actividades del club. Así, aprenden “haciendo”.

Poco a poco asumen algunos pequeños encargos relacionados con el orden y el cuidado de la sede de la Asociación que les ayudan a ganar en sentido de responsabilidad.